Dominación en la Nación (III y última)
El
centro de poder político es la representación abstracta de lo que se llamara
Estado, así, el Estado regulará un territorio y población en beneficio de una
clase dominante o un grupo de poder dominante. A esta alianza de la clase
dominante se le llamara hegemonía, la cual dictara parte de la dirección del
Estado[1].
También habrá otra fuerza que vendrá de la población se llamara movimiento
social o subalternidad[2],
así el Estado no sólo será un medio de coerción y persuasión, también el lugar
de disputa entre los “de arriba” y los “de abajo”.
De esta
abstracción podemos deducir que existe un aparato estatal que permite
comprender el funcionamiento del Estado a partir de instituciones y estructuras,
pero el aparato estatal no se circunscribe a lo político también juega papel
importante en lo social y económico.
En lo
social permite perfilar organizaciones de la sociedad para apoyo y legitimación
del sistema y neutralizar organizaciones que atenten contra la supremacía del
Estado o Soberanía. En lo económico le permite a la coalición burguesa
dominante desarrollar y potencializar la acumulación de capital.
La
materia institucional del Estado tiene dos caras, una visible y otra invisible,
opaca u oscura[3].
En la parte visible encontramos[4]:
I. Estructuras
e instituciones, en las que se fundamenta la subordinación
II. Mandos
políticos, funcionarios públicos o recursos humanos que dirigen a éstas
III. Creencias,
ideas y valores que se esparcen por el sistema, las cuales tienen la
característica de persuadir y convencer de los beneficios
La
parte oscura es aquélla donde se alinean los grupos de poder, estos que
conforman una alianza que ostenta buena parte del poder político, a pesar de
ser heterógeneos, se unen y sostiene al Estado pero enfrentan sus intereses así
que es una esfera con resistencias, consensos y disputas, debido a que ven por
sus intereses.
Así, la
Hegemonía es la alianza clasista de los grupos de poder, es una esfera
política-social donde se lucha por la posición máxima de poder político posible
a la cual se le llamará “vacío de poder”[5],
en este espacio se encontrará al grupo burgués dominante, aquél que haya
vencido, momentaneamente, a sus rivales. Esto le permitirá tener el mayor
dominio posible sobre las instituciones y estructuras políticas y sociales[6].
La
Hegemonía lo es en tanto está unida y es capaz de desunir a la clase dominada,
si la clase dominada se une, ellos tendrán el rol de nueva hegemonía, aunque
dentro de los movimientos siempre nace un liderazgo que terminará dominando
entre los dominantes y los desciende a dominados nuevamente[7],
ése es el ciclo de la revolución y estabilidad.
Punto
clave es la interacción política-económica, tiende a generalizarse el
predominio económico en la política, lo que es un error (economicismo[8]),
esto depende del tipo de Estado porque ésta definirá la autonomía relativa[9]
del funcionario público si se inclina a:
I. Totalitarismo,
la clase dominante se apoderarán de los elementos políticos y administrativos debido
al su repliegue agresivo y forzoso en contra de sus adversarios
político-económicos. En el Estado autoritario los agentes administrativos y
políticos saldrán, directamente, de las filas del grupo de poder dominante.
II. Liberalismo,
los dominadores obtienen una plataforma, más o menos imparcial, porque le da
mayor margen de maniobra y capacidad de decisión a los funcionarios públicos.
En el Estado liberal los funcionarios vendrán de cualquier parte de la sociedad
y según la influencia sobre los actores políticos y administrativos será la
dirección y acción del aparato estatal.
Otra
característica es que la estructura estatal no es homogénea, al igual que los
grupos de poder, por ello la burguesía se disputará posiciones y escalafones
dentro de la hegemonía para controlar ciertas partes de la estructura estatal,
por ello sólo aspiran a determinado cantidad de control.
Así, la
influencia tiene que ver con las variables de autonomía relativa de los
recursos humanos estatales y su posicionamiento dentro de los grupos de poder
que se definirán según sus estrategias, tácticas, y recursos humanos y
monetarios que ingresen a la lucha por el “vacío de poder”.
A la
burguesía o grupos de poder se les suele ver como un grupo homogéneo[10]
con esto vemos que la dinámica en estos grupos es diferente, estos círculos
sociales tienden a evolucionar, por ello se integran, neutralizan, destruyen,
salen, entran, separan, coaligan, es un proceso vivo[11]
en el que tienen una doble lucha entre ellos y ante los dominados.
El
objetivo de éstos es usar al Estado, para potenciar y desarrollar sus capitales
(variable y fijo), como regulador y protector de sus negocios, de tal manera
que sean capaces de acumular mayores ganancias con garantía. Así, el Estado no
sólo es instrumento burgués, es burgués en sí como lo demuestra la genealogía
del Estado[12].
El
olvido y error histórico son fundamentales para crear mitos sobre los que se
funda la nación, así la investigación histórica es un peligro para la unidad
nacional que puede poner entredicho la base.
La
historia de bronce es la mitificación de personajes y sucesos que promueven
sentimientos nacionalistas, chauvinistas para la protección del territorio y
población que el Estado a retenido, y las instituciones que ha creado para la
formalización del poder político.
La
investigación histórica trae a la luz los hechos violentos que se sucedieron en
el origen de todas las formaciones políticas, aún aquellos cuyas consecuencias
han sido bienhechoras[13].
Crea a
partir de personas reales objetivos y funciones históricas idealistas, que
coadyuvan a formar una pertenencia a una serie de ideas que se forman entorno a
una circunscripción y un prototipo de gente.
El
hecho que provengan de un origen en común, de recuerdos compartidos hace que se
dirigan hacia un objetivo general y definitivo, tan idealizado y subjetivizado
que todos y cada uno de los propósitos de la identidad colectividad son
bienvenidos.
En el
pasado, una herencia de gloria y de recuerdos compartidos preparan en el provenir
un programa a realizar: haber sufrido, gozado, esperado juntos[14].
Así, la
nación de alguna forma es que también hayan olvidado, tenga una herencia en
común y un porvenir juntos y esperanzador que los haga congregarse[15].
La
piedra angular de la formación de una nación son la voluntad, pero una que está
subordinada, cooptada y/o persuadida a través de la esfera política[16].
La
dominación y la forma de ejercer la dominación son el elemento clave para
formar una unidad con la sociedad política y la comunidad nacional, evitar que
se desagreguen las diferentes patrias y naciones de un Estado en diferentes
Estados.
Por
ello, Nación y Estado a pesar de ser diferentes están hechos el uno para el
otro, por un lado la fuerza que oprimirá y por el otro la persuasión que
convencerá.
La
existencia de una nación es un plesbicito de todos los días, así como la
existencia individual es una afirmación perpetua de vida[17].
También
es importante apuntar que los elementos culturales si bien no son decisivos sí
forman parte de las limitaciones naturales y sociales de los Estados, pero eso
debe verse a la luz de la historia.
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·
Held, David, La democracia y el orden global.
Del Estado moderno al gobierno cosmopolita, Paidós, Madrid, España, 1997
[1] La cuestión la veremos adelante con más
detenimiento.
[2] La diferencia radica, igualmente, el
contexto de las instituciones y estructuras (tradicional-moderno)
[3] Osorio, Jaime, El Estado en el centro de
la mundialización. México, D.F. FCE, 2004, cap. 1
[4] Es la parte sustancial para la dominación
ideológica, las estructuras e instituciones capaces de generar ideas que
interioricen la dominación y mando políticos.
[5] Lefort, Claude, La invención democrática,
Ediciones Nueva Visión, Buenos Aires, Argentina, 1990, pags. 187-193
[6] Poulantzas, Nicos, Poder Político y
Clases Sociales en el Estado Capitalista. México, D.F., Siglo XXI, 1969
[7] Roseberry, William, “Hegemonía y lenguaje
contencioso” en Gilbert M. Joseph y Daniel Nugent (comps.) Aspectos
cotidianos de la formación del Estado. La revolución y la negociación del mando
en el México moderno, Ediciones Era, México, D.F. 2002
[8] Poulantzas, Nicos, Estado, Poder y Socialismo,
Siglo XXI editores, México, D.F. 1991, Introducción
[9] Ibíd, Autonomía relativa
[10] Op. Cit. Scott...
[11] Op. Cit. Roseberry...
[12] Held, David; La democracia y el orden
global. Del Estado moderno al gobierno cosmopolita, Paidós, Madrid, España,
1997, cap. 2
[13] Op. Cit. Renan, pag 13
[14] Ibíd, pag 24
[15] “Una nación es entonces una grande solidaridad
construida por el sentimiento de los sacrificados realizados y los sacrificios
que se realizarán si es necesario” en Ibídem
[16] “La voluntad. Suiza quiso estar unida a pesar
de la variedad de sus idiomas y esto es un hecho más importante que la
similitud obtenida a veces con vejaciones” en Ibíd, pag 20
[17] Ibíd, pag 24
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