Del Campo a la Ciudad: Pensamientos Perdidos
La gente con buen humor está en
peligro de extinción, ya casi sólo hay malhumorados, refunfuñones e irritables,
no es para menos, las personas comienzan a ir del apacible campo a las
estruendosas ciudades, debido a las precarias condiciones de la vida rural, no
es una cuestión del mejoramiento de vida, se trata de sobrevivencia [1].
Se piensa que la gente va de un
lugar a otro buscando mejorar su calidad de vida, o sea televisión, automóvil,
computadora, celular, videojuegos, pero sólo buscan perdurar, en tiempos de
crisis sólo queda buscar el subsistir: bienes básicos.
La concentración poblacional
reduce espacio y abre posibilidades de mayor interacción, a muchos no nos
agrada el convivir con personas por largos periodos, de hecho, es tortuoso
tener compañía todo el tiempo, no es una cuestión de mamonería, probablemente
sí, pero hemos encontrado en la soledad un excelente acompañante.
Es relajante no escuchar gritos o
voces, no concatenar oraciones para explicar o razonar, no interrumpir un
“minuto filósofico” que cautiva tu pensamiento, no comunicarse mas que con
abstracciones que no requieren de un ejercicio intelectual mayor al pensarlas,
no hay que traducirlas con una serie de reglas para que sean entendibles para
el resto.
Nuestros pensamientos son
perfectos, en tanto no hay que expresarlos, así como la historia que maquinamos
mientras caminamos por la calle, viajamos en transporte público, tomamos clase
o trabajamos, donde el imaginante es uno mismo con el creador y espectador, se
enlazan perfectamente.
Las condiciones culturales,
simbólicas, morales, sociales, económicas y hasta políticas se comprenden
porque es la parte más interna e inconsciente la que incita a crear esas
historias, de tal forma que el ego y el alter conformen nuestros
sueños tan anhelados y pesadillas tan rehuidas.
Entonces tranquilidad significa
mayor creatividad, autonocimiento, egocentrismo pero disminuye el conocer a
otros, o sea comportamiento social general. Se crea un tipo de marginación, al
volvernos poco inteligentes emocionalmente ya que no somos soberanos, siempre
estamos expuestos a términos externos, lo que nos vuelve locos al no entender,
quizá todos somos así porque nadie entiende del todo la naturaleza humana.
Por otra parte, más interacciones
también se traduce en más dinamismo, incertidumbre, pluralidad y florecimiento
cultural, pero también en disputas debido a que los espacios y recursos conque
se cuenta son limitados. Entonces la competencia por esos recursos u
oportunidades libres en nuestros contextos son reñidas.
Quienes tienen un lugar asegurado
en una comunidad con un empleo, familia establecida, red de contactos seguro
les tocará algo de lo que hay en su realidad, mientras que quienes van de un
lugar a otro sin más que su propia convicción, que su instinto por sobrevivir,
tienen que escarbar.
La brecha de recursos es pequeña
en los contextos por lo que se admiten pocos outsiders, donde se
concentran estas comunidades migrantes es donde crece exponencialmente la
violencia, donde actividades ilícitas de bajos vuelos se desarrollan dado que
todo tiene que ver con competitividad, quién es capaz de sobrevivir y salir de
la miseria con la menor cantidad de bienes.
A pesar que la vida rural se
torna amigable con el humano, quienes hemos vivido en ciudad por alguna extraña
razón estamos tan acostumbrados al estrés que se vuelve una adrenalina, ser tan
sosegado causa daños intelectuales para el citadino quien si no tiene tensión
no puede producir. Se vuelven una adicción los desvelos, destiempos,
desaciertos y presiones.
Así, en contextos relajados se
dedica a perder el tiempo, más bien a disfrutarlo, tal como animal que es, no
produce y conduce a su cerebro a mayores esfuerzos para crear porque el
ambiente lo absorbe hacia el sin sentido de la vida, lo efímero y espontáneo
que es todo, lo que vuelve secundario toda actividad social y se supedita a los
deseos del cuerpo.
Por ello, permites arrastrarte
hacia los placeres de la vida o intentas explicar el mundo, ¿ustedes qué
prefieren?
[1] La población urbana
representa el 77.8% de la población total, mientras sólo 22.2% vive en
comunidades rurales.
Publicado en Just an Ambulance at the Bottom of a Cliff
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