El super hombre de Occidente
Los gritos, cantos, sentencias de apoyo y rechiflidos se escuchan en todo el recinto deportivo. Está sobre saturado, gente por los pasillos que no le importa los empujones y pisotones, es más, ni atención le prestan la situación, apenas es posible avanzar entre pasillos. Hay gente que desde el inicio de la justa deportiva no se ha sentado, todos expectantes ante el posible triunfador y perdedor. Las personas por momentos pasan por colapsos, unos pierden el control, estos desmayan y aquellos rezan por su ídolo. En medio de aquel impactante escenario están dos hombres. Uno, convertido en el posible ganador que ha tenido la fortuna de ser un “pura sangre” del boxeo –o sea, tener las aptitudes y recursos–. Otro, convertido en el posible perdedor que nació y creció como un “promedio” y ha llegado a la final del campeonato mundial de boxeo. Después de 15 rounds y cada uno haber recibido una tunda mutua, los dos siguen de pie dispuestos a “darlo todo” por ganar. El uno lanza con fuerza besti...